Vender humo, uno de los «negocios» más lucrativos de Internet

Marketing digital

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En el mundo del marketing digital y el SEO me sorprende la cantidad de vendedores de humo que hay. Utilizan un lenguaje inspirador para hablar de venta online de productos, libros electrónicos o cursos. Es cierto que la publicidad también apela a las emociones y no están de más mensajes que te motiven a crear tu negocio en Internet. El problema es que muchas veces se trata de contenidos huecos, donde te dicen todo lo que puedes conseguir, pero no te cuentan la manera de lograrlo.

Si alguien afirma que es posible ganar dinero en la red trabajando pocas horas, mal asunto. Internet ayuda a mejorar tu calidad de vida, porque te da libertad y facilita la conciliación familiar. Sin embargo, yo al menos no sé cuál es el modo de obtener unos buenos ingresos sin dedicar mucho tiempo.

Alguna información que circula por ahí no resulta demasiado fidedigna. Cada uno tiene su experiencia profesional y tal vez patine al adentrarse en una parcela del marketing digital que no conoce bien. Ya sabes el dicho: «quien mucho abarca poco aprieta». El hecho de que alguien haya descubierto el método de vender cursos no conlleva que igualmente domine la afiliación. Para documentarse, lo conveniente es dar con aportaciones de auténticos expertos en cada materia. Es la forma de encontrar verdaderas pistas sobre el camino a seguir.

Otra modalidad de venta de humo, bastante común, es la que promete resultados rápidos. La realidad es que el posicionamiento o el comercio online en nichos muy competidos -y en otros que no lo están tanto- requieren una gran perseverancia. No consiste en un trabajo de meses, sino de años y de canalizar el esfuerzo en la dirección adecuada.

Es peligroso caer en las redes de los vendedores de humo, ya que hacen perder tiempo y dinero. Recientemente he conocido, a través de una clienta, una empresa que le estaba cobrando un dineral por mantenerle su perfil en Google My Business, como si la cosa tuviera mucha ciencia. Aunque su beneficio por hora durante años debió ser insuperable, ni siquiera nos facilitaron el cambio de la propiedad del perfil, una vez finalizado el contrato.

No todo debería valer. Hace más de una década trabajaba como Arquitecto Técnico, una profesión donde necesitas un seguro de responsabilidad civil, de diez años, para cada proyecto o dirección de obra. Me alivia librarme de esa obligación, pero eso no significa que mi responsabilidad se haya evaporado. Cuando un posible cliente me ha expuesto un proyecto de venta online que yo no consideraba viable, tras darle mi opinión claramente, he preferido no implicarme en el desarrollo. No me parece coherente coger el dinero de alguien y mirar para otro lado, si creo que se va a dar de bruces. A mí desde luego, me gusta que me traten con sinceridad en los ámbitos donde soy profano.

Ni el posicionamiento ni el comercio digital -con unos ingresos razonables- resultan sencillos. Eso es algo que se debe tener claro desde el principio y, a partir de ahí, acudir a los buenos expertos en cada área. También conviene conocer las fortalezas propias, porque lo que domina uno no se le tiene por qué dar bien a otro y viceversa. Y, por supuesto, hay que estar dispuesto a esforzarse un día tras otro. El que diga lo contrario está vendiendo humo.