Steve Jobs, retrato de un visionario
La figura de Steve Jobs despierta un gran interés y, como no podía ser de otra forma, el cine no es ajeno a ello. Con la película que ha llegado con el nuevo año, ya van tres sobre el fundador de Apple.
A finales de los noventa se estrenó Piratas de Silicon Valley que, bajo su apariencia televisiva, tiene bastante interés por la forma en la que recoge los inicios de los ordenadores personales, con el imparable crecimiento de Apple y Microsoft, y la gran rivalidad entre Jobs y Bill Gates. Fue bastante polémica por su afirmación de que Gates copió a Apple para desarrollar Windows. Además, tampoco salían bien paradas las controvertidas personalidades de dos genios que cambiaron nuestra época.
Partiendo desde una perspectiva diferente, hace un par de años se presentó jOBS, muy centrada en el ámbito empresarial. No acabó de convencer, en parte, porque la historia de un hombre que revolucionó la industria informática da para mucho más.
La última biografía de Jobs está dirigida por Danny Boyle y es la mejor de todas. Detrás de la misma está Aaron Sorkin, guionista de La red social, que estructura la trama en tres actos, coincidiendo con la presentación del Macintosh en 1984, el ordenador de NeXT en 1988 y, por último, el iMac en 1998. Confluyen en ella el difícil carácter de Jobs, su capacidad de convicción y la complicada relación que tenía con su familia, en especial con su hija Lisa; un aspecto por el que pasaban de puntillas otras versiones. Trata temas interesantes como los motivos que le dejaron fuera de la empresa que él mismo había fundado, su denominado como «campo de distorsión de la realidad» que le llevaba a cometer errores y las discusiones sobre la arquitectura cerrada de Apple.
No podía faltar Steve Wozniak, que también ha participado como asesor del film. Le interpreta Seth Rogen, que admitió no tener ni idea de quién era, pese a la gran contribución de Woz en la invención del ordenador personal; un proyecto que trasladó a Hewlett-Packard cuando era su empleado y que estos rechazaron al no verle utilidad. Sobre el escaso parecido entre Jobs y el actor Michael Fassbender, hay que decir que puede descolocar un poco, pero Fassbender no desentona.