Pasos a seguir antes de cambiar un tema en WordPress

Monitor

Imagen: freepik

Renovar el aspecto de nuestra web con una nueva plantilla es una tarea bastante laboriosa, que nos obliga a seguir una serie de pautas que nos ahorrarán disgustos innecesarios, fruto de una mala planificación. Estos siete puntos me parecen básicos para hacer la modificación sin contratiempos:

¿Por qué cambiar?

El motivo tiene que estar bien justificado, porque no es una operación que sea conveniente estar constantemente haciendo. Razones de peso son un diseño que se haya quedado anticuado, una mejora de la velocidad de carga (y de paso del SEO), problemas de compatibilidad con plugins -por ejemplo, WooCommerce-, o con las nuevas versiones de WordPress, por falta de soporte. Esto último puede acarrearnos importantes problemas de seguridad.

Elige bien

Hay una ecuación que no suele fallar: cuanto mejor sea el theme, más larga será su vida útil. En esta entrada daba una serie de claves para el proceso de selección: Consejos para elegir la mejor plantilla premium en WordPress. Además, es preciso evitar cambios excesivamente bruscos con respecto al diseño que tengas actualmente. Cuanta más consonancia tengan el nuevo y el anterior desarrollo, todo será más fácil.

Widgets

Este punto es el más sencillo de todos, con diferencia. Lo único que debes hacer es irte a la sección correspondiente de los widgets y moverlos a la zona de inactivos, en el margen inferior izquierda. Cuando tengas activado el nuevo tema, los colocas en sus nuevas ubicaciones y asunto resuelto.

Más datos

Los paneles de las plantillas suelen incorporar una gran cantidad de opciones, con el objeto de facilitar el proceso de insertar la imagen de cabecera, el favicon, el código de Google Analytics… Esta información se debe guardar en algún sitio, como un fichero del blog de notas. Suelen ser pequeñas cosas, que luego podemos echar en falta. Entre ellas está la información del footer, nuestro código CSS personalizado o, incluso, algo tan básico como el color principal del theme. Respecto a los menús, aunque no se mostrarán directamente tras el cambio, en realidad no desaparecen, así es que luego es fácil agregarlos nuevamente. Cuidado con los shortcodes porque dejarán de funcionar y tendrás que borrarlos manualmente, por eso siempre es mejor prescindir de ellos.

Copia de seguridad

Una vez dados los pasos anteriores, es el momento de efectuar una copia de seguridad completa de tu sitio. Hay plugins muy eficientes como UpdraftPlus, Duplicator o BackUp WordPress. La idea no es tener que volver atrás una vez comenzado el proceso, pero es fundamental no pasar nunca por alto algo así, para no lamentarlo después.

Local

El proceso de cambio no es sencillo y lleva su tiempo, si quieres realizar algo realmente bueno. No es conveniente tener colgada la web con la información desordenada, porque repercutirá negativamente de cara a los usuarios que accedan a tu sitio. Una buena idea es desarrollarla sin prisas en un servidor local como WampServer o Xampp, y cuando esté todo bien perfilado, se sube al servidor en producción.

Imágenes

Sin duda, ésta es la parte más compleja de todo el proceso. Por suerte, existe el plugin Regenerate Thumbnails, que a día de hoy ostenta una valoración de 4,7 sobre 5 en el repositorio de WordPress. Sólo lo he utilizado una vez y quedé muy satisfecho con el resultado. En muy poco tiempo generó miniaturas adaptadas a los tamaños definidos en las funciones del nuevo tema. Por otra parte, como comentaba antes, es importante elegir un diseño lo más similar posible al antiguo, para reducir problemas en cuestiones como ésta.

 
Una vez finalizado el proceso llega el momento de anunciar en tu blog el cambio y disfrutar del trabajo bien hecho. Toda modificación de este tipo requiere su periodo de aprendizaje por parte de los usuarios. No obstante, será bastante breve, si el desarrollo que hemos llevado a cabo ha sido bueno.